Grita con dolor el pasado
al sordo tiempo que no lo olvide.
El silencio ríe a carcajadas
y susurra a Cronos ¿sos voludo?
pues no oye los pasos
del hombre y sus motivos.
La soledad aferrada al cenicero
exige que paguen su deuda
con dedos amarillos
tragando colillas e hipotecando suspiros
El presente anclado a su mar faustino
descorcha fuerzas por su ego herido
colérico grita
(el futuro ebrio,
desde una esquina
bebiendo con los cuervos)
¡Que ya nada queda!
¡que no hay nadie cuerdo!
y asustados corren
brahamanes chetos
invocando rezos de un mundo muerto
pues el clamor de Dios
no conoce el tiempo.
jueves, 1 de abril de 2010
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