miércoles, 25 de agosto de 2010

A quien le importa ya que las mentiras se acumulen cuando los pies ya no responden y el borde se aproxima exhalando un vaho de milenario tedio. Si en el fondo nos gusta toda esa mierda de mantenerse aparte, de callar cuando queremos gritar y esquivar miradas cuando queremos que se sumerjan en la nuestra. A quien le puede servir ya tanto espectáculo colorido y tanta identificación con la nada. Estamos, me temo, ad portas del final. Me subiré a un barco canturreando alguna de Cash y navegaré hacia el sol a ver si así siento su calor.

martes, 24 de agosto de 2010

...

(Photoshop CS3 + Intuos 3)

¿Has notado

lo rara que se ha puesto la vida?

¿Dónde están,

viejo amigo,

las certezas

y esa cálida claridad

del día?

Solo mira

en lo que nos hemos convertido.

Hombres,

llenos de responsabilidades

que no sabemos

de donde han salido.

Que cumples

a pesar del tedio.

Que evito

a pesar del miedo.

Mira en lo que

dejamos, que nos convirtieran.

¿Dónde se fue,

esa búsqueda

de miradas

profundas

y sinceras

en cada alma

que se nos cruzaba?

¿Dónde están,

las cosas nobles,

las cosas sencillas?

Todo se ha vuelto,

viejo amigo,

incierto,

brumoso,

frágil...



Ya casi saldrá el sol,

en unos minutos,

y de la luna

no obtuve nada.

No hay ya revelaciones,

adornando mis noches

de insomnio

ni poemas que al amanecer

coronen mis nostalgias.

Estoy tan solo,

viejo amigo,

tan quieto en mi silla

esperando que el sol,

me mande a acostar.

Estoy despierto,

y me quedo aquí,

tan quieto en mi silla,

como oculto bajo las sabanas,

como cuando era un niño

seguro de que algo

terrible

rondaba ahí afuera.

Estoy tan solo, en mi rincón,

prometiendole a mis sueños

que no los abandonaré,

antes de que el alba

aleje las sombras,

que nos rodean.

Ya nada parece cierto,

viejo amigo,

todas estas relaciones

que hemos forjado,

las personas que conocimos,

se desvanecen

según las circunstancias

como siluetas desdibujadas.

Todos,

los que conozcamos

desde ahora

eventualmente

se irán

porque ahora,

viejo amigo,

trazamos nuestro camino,

en la arena

atando nuestras vidas

con una hebra

tan fina e irreal

que el menor suspiro

el más nimio temor

nos separa sin más.


Desde mi ventana,

observo a las personas

angustiado,

y me pregunto

si fuese yo,

viejo amigo,

el que se fuera.

Si estuvieras

parado

frente a mi lápida

leyendo

una dedicatoria

insípida,

que sabes

no es nada

de lo que fui.

¿Que pensarías?

¿Que extrañarían,

los que se,

derramarán,

incontables lágrimas,

y se llenarán,

de lamentos?

¿Conocen acaso

mi pastel favorito,

mi película preferida,

cuantas de azúcar,

aquella canción,

ese aroma?

Esto no es...

ya ni se lo que es.

Es de noche.

El sol se acerca y

puedo ver

la silueta de los arboles

a través de la persiana

y yo aquí,

tan solo,

tan quieto en mi silla

¿Has notado,

lo rara que se ha puesto la vida?