jueves, 24 de junio de 2010

Camino a Ítaca...

Yo que te puedo decir Kavafis,
ya no me emociona, como ayer
llegar a esa Ítaca tan ansiada.
Pasa que me ha gustado esta isla.
Pasa que cada dia me enfreto
a lestrigones y cíclopes
y al colerico Poseidón.
Lo siento Kafavis,
es la humanidad completa
quien los anida en su alma
y yo no puedo hacer más
que luchar contra ellos.

Me creerás viejo amigo
que cada vez
que rescato a alguna damisela
la cargo hasta su hogar y luego me alejo
con la promesa de un beso al regresar,
al día siguiente Kavafis,
vuelvo a enfrentarme
al colérico Poseidón,
a lestrigones y cílopes
y a rescatar más doncellas.

Sucede oh Constantino,
que mis hombres preparan el barco,
quieren llegar a tu Ítaca,
deseosos de los lujos que obtendrán
con todo cuanto han adquirido en nuestro largo viaje
mas yo no he de moverme,
pues te contaré un secreto
he hallado algo maravilloso.

Te diré que brilla,
con el ligero resplandor de una sombra
que oculta en su interior la luz de Apolo.
Te diré que la vi un día cualquiera
y aunque traté de evitarlo
me perdí en sus ojos,
Te diré Kavafis,
que no siempre es necesario llegar a Ítaca,
mas si no hubiera emprendido el camino
jamás hubiera conocido esta isla,
ni a la musa que en ella encontré.

jueves, 17 de junio de 2010

=)

(Photoshop Cs3 + Intuos 3)

Hoy soy feliz. No puedo evitarlo. Nada especial ha sucedido. La misma depresiva lista de reproducción ha sonado todo el día en mi equipo. La misma montonera de cigarrillos. El mismo litro de café. El mismo insomnio. El mismo recuerdo. La misma nada. Incluso el mismo silencio.

Sin embargo, hoy soy feliz. Inexplicablemente feliz. Tanto que a ratos creo que hasta podría enamorarme. Tanto que he vuelto a sonreirle al viento. Tanto que me he puesto a buscar tréboles de cuatro hojas.


lunes, 14 de junio de 2010

Silencio


(Photoshop CS3 + Intuos 3)

El silencio sobrevino a la miserable destrucción del pasado. Tedioso y agotador, consume mis ideas. Atrofia mi creación teniéndola de una desesperanza que me incomoda. Pasé demasiado tiempo llorando lo que he perdido. Hoy el dolor se ha ido y no siento más que un silencio aterrador e insistente. De entre las voces de ayer voy notando como muere el eco de lo que me hizo feliz. Y ocupando su espacio está aquel camaleón negro. El guardaespaldas de mi soledad. Silencio. Impregnado en mi mirada, en mis palabras, en mi piel. Silencio.

Me pierdo entre la lluvia buscando una luz, una mirada, una caricia que rompa con aquel silencio. Alguien a quien regalarle todo el sentido de mi voz. Toda la fuerza de mi alma. Todo el calor de mis sueños. Pero a pesar de esa sorda búsqueda me voy alejando más, y caminar solo se me hace cada vez más cómodo, cada vez más tranquilo. Creo que después de todo, me voy acostumbrando a esto.

Llega la noche y cuando el sueño me vence solo hay silencio.