jueves, 30 de septiembre de 2010

El bicho...

Hay
un insecto
en mi vino
flotando y agitando
las seis patas
y las
dos alas.

¿Me estará
mirando,
o solo,
verá
un mar
enrojecido
asfixiándolo?

De todas maneras
era un
muy
mal
vino
así que
no he perdido mucho.

Sin embargo,
es un hecho
que el bicho
que casi trago
está muriendo
flotando
allí en mi vino

Sin embargo,
nada quita
que el bicho
que casi trago
está muriendo
solo
como un borracho

Solo,
allí en mi vino.

domingo, 19 de septiembre de 2010

El tuerto...

El tuerto, dicen
el tuerto es rey
taciturno y hueco
el tuerto, dicen
en el país de los ciegos
es rey,
el tuerto
testigo único
de su desfigurado rostro
el tuerto, dicen
el tuerto es rey
de quienes no pueden
verlo llorar,
o bien,
se hacen los huevones.

miércoles, 25 de agosto de 2010

A quien le importa ya que las mentiras se acumulen cuando los pies ya no responden y el borde se aproxima exhalando un vaho de milenario tedio. Si en el fondo nos gusta toda esa mierda de mantenerse aparte, de callar cuando queremos gritar y esquivar miradas cuando queremos que se sumerjan en la nuestra. A quien le puede servir ya tanto espectáculo colorido y tanta identificación con la nada. Estamos, me temo, ad portas del final. Me subiré a un barco canturreando alguna de Cash y navegaré hacia el sol a ver si así siento su calor.

martes, 24 de agosto de 2010

...

(Photoshop CS3 + Intuos 3)

¿Has notado

lo rara que se ha puesto la vida?

¿Dónde están,

viejo amigo,

las certezas

y esa cálida claridad

del día?

Solo mira

en lo que nos hemos convertido.

Hombres,

llenos de responsabilidades

que no sabemos

de donde han salido.

Que cumples

a pesar del tedio.

Que evito

a pesar del miedo.

Mira en lo que

dejamos, que nos convirtieran.

¿Dónde se fue,

esa búsqueda

de miradas

profundas

y sinceras

en cada alma

que se nos cruzaba?

¿Dónde están,

las cosas nobles,

las cosas sencillas?

Todo se ha vuelto,

viejo amigo,

incierto,

brumoso,

frágil...



Ya casi saldrá el sol,

en unos minutos,

y de la luna

no obtuve nada.

No hay ya revelaciones,

adornando mis noches

de insomnio

ni poemas que al amanecer

coronen mis nostalgias.

Estoy tan solo,

viejo amigo,

tan quieto en mi silla

esperando que el sol,

me mande a acostar.

Estoy despierto,

y me quedo aquí,

tan quieto en mi silla,

como oculto bajo las sabanas,

como cuando era un niño

seguro de que algo

terrible

rondaba ahí afuera.

Estoy tan solo, en mi rincón,

prometiendole a mis sueños

que no los abandonaré,

antes de que el alba

aleje las sombras,

que nos rodean.

Ya nada parece cierto,

viejo amigo,

todas estas relaciones

que hemos forjado,

las personas que conocimos,

se desvanecen

según las circunstancias

como siluetas desdibujadas.

Todos,

los que conozcamos

desde ahora

eventualmente

se irán

porque ahora,

viejo amigo,

trazamos nuestro camino,

en la arena

atando nuestras vidas

con una hebra

tan fina e irreal

que el menor suspiro

el más nimio temor

nos separa sin más.


Desde mi ventana,

observo a las personas

angustiado,

y me pregunto

si fuese yo,

viejo amigo,

el que se fuera.

Si estuvieras

parado

frente a mi lápida

leyendo

una dedicatoria

insípida,

que sabes

no es nada

de lo que fui.

¿Que pensarías?

¿Que extrañarían,

los que se,

derramarán,

incontables lágrimas,

y se llenarán,

de lamentos?

¿Conocen acaso

mi pastel favorito,

mi película preferida,

cuantas de azúcar,

aquella canción,

ese aroma?

Esto no es...

ya ni se lo que es.

Es de noche.

El sol se acerca y

puedo ver

la silueta de los arboles

a través de la persiana

y yo aquí,

tan solo,

tan quieto en mi silla

¿Has notado,

lo rara que se ha puesto la vida?


jueves, 15 de julio de 2010

Los perdededores

Asi nos ganamos la vida los perdedores. Dueños de una pena tan grande que Prometeo con todas sus cadenas y destripajos no daria la talla. Asi nos ganamos la vida, lamiendo heridas ajenas. Sonriendo de vez en cuando y escuchando la chachara acerca de lo dulces que son nuestros ojos. Expertos en las derrotas, ciegos en las victorias. Te sonrien, te miran y te ensalsan y no escatiman en palabras para decirte que eres de otro mundo. Pero nadie sacaria las manos de sus bolsillos, en esta larga y fria noche, y te la tenderia con sinceridad. No, se conforman con conocer a alguien que habita la llanura infinita. Porque eso basta para decir que conocen el lado B de tanta mierda.

Se cagan de la risa en tu cara, porque saben que para ti no hay lugar. Porque en esta tierra de hombres idiotas, solo hay espacio para los vencedores y para los vencidos. Pero no para los que sin haber ganado una sola vez siguen en la pelea.

Asi nos ganamos la vida los perdedores. Siendo el amor platonico de quienes no quieren perder un sueño, pero viven sus mentiras con comodidad. Asi nos ganamos la vida los perdedores. Dueños de un corazon tan grande que solo puede llenarse de vacio. Videntes de un universo inexistente. Soñadores diurnos, amargados nocturnos. Y entre cigarro y cigarro nos cansamos de llamar a la muerte, que ocupada barre territorios ajenos. Ingnorandonos porque no tenemos hora. No aun.

Y asi me gano la vida yo, sonriendo a ratos, levantando caidos, besando dorsos de manos frias y calentando corazones dormidos. Arengando a todos a librar sus batallas, sean cuales sean. Y a veces, solo a veces, nos enamoramos de alguna sonrisa devuelta, y nos dejamos llevar por alguna palabra de amor, siempre inconstante, siempre circunstancial. Y entonces volvemos a perder.

Pero es, a fin de cuentas, un buen trabajo.

jueves, 24 de junio de 2010

Camino a Ítaca...

Yo que te puedo decir Kavafis,
ya no me emociona, como ayer
llegar a esa Ítaca tan ansiada.
Pasa que me ha gustado esta isla.
Pasa que cada dia me enfreto
a lestrigones y cíclopes
y al colerico Poseidón.
Lo siento Kafavis,
es la humanidad completa
quien los anida en su alma
y yo no puedo hacer más
que luchar contra ellos.

Me creerás viejo amigo
que cada vez
que rescato a alguna damisela
la cargo hasta su hogar y luego me alejo
con la promesa de un beso al regresar,
al día siguiente Kavafis,
vuelvo a enfrentarme
al colérico Poseidón,
a lestrigones y cílopes
y a rescatar más doncellas.

Sucede oh Constantino,
que mis hombres preparan el barco,
quieren llegar a tu Ítaca,
deseosos de los lujos que obtendrán
con todo cuanto han adquirido en nuestro largo viaje
mas yo no he de moverme,
pues te contaré un secreto
he hallado algo maravilloso.

Te diré que brilla,
con el ligero resplandor de una sombra
que oculta en su interior la luz de Apolo.
Te diré que la vi un día cualquiera
y aunque traté de evitarlo
me perdí en sus ojos,
Te diré Kavafis,
que no siempre es necesario llegar a Ítaca,
mas si no hubiera emprendido el camino
jamás hubiera conocido esta isla,
ni a la musa que en ella encontré.

jueves, 17 de junio de 2010

=)

(Photoshop Cs3 + Intuos 3)

Hoy soy feliz. No puedo evitarlo. Nada especial ha sucedido. La misma depresiva lista de reproducción ha sonado todo el día en mi equipo. La misma montonera de cigarrillos. El mismo litro de café. El mismo insomnio. El mismo recuerdo. La misma nada. Incluso el mismo silencio.

Sin embargo, hoy soy feliz. Inexplicablemente feliz. Tanto que a ratos creo que hasta podría enamorarme. Tanto que he vuelto a sonreirle al viento. Tanto que me he puesto a buscar tréboles de cuatro hojas.