viernes, 21 de mayo de 2010

La muerte de un hombre...

Supongo que la muerte es, en todo caso, un proceso traumático tanto como lo es el nacimiento. La mía fue larga y dolorosa. Sumida en una soledad tan profunda que al no tener con quien quejarme me trague cada noche de insomnio. ¿Cuando comenzó? Difícil saberlo. Supongo que con un viaje a otro país. Un viaje del que se suponía no volvería en muchos años. Quizás fue con un amor. El mas intenso de todos. Uno en el que volqué todos mis sueños y que después me dejo sin uno solo en el que apoyarme cuando las rodillas me temblaban. Quizás fue el primer día de clases de mi segunda universidad, cuando me di cuenta que ese no era el mundo al que pertenecía. Quizás fue mucho antes, cuando miré a mi padre a los ojos y le dije con una rabia de la que nunca pude arrepentirme que él era todo cuanto yo no quería llegar a ser. Aunque pensándolo bien, ha de haber comenzado el dia en que nací.

lunes, 17 de mayo de 2010

Falenas Verdes




Vinieron las falenas verdes, esas que se alimentan de la cuarta hoja de los treboles. Vinieron porque querian algo que les pertenecia. El pequeño trebol que escondí para ti. No les dije donde estaba, te lo prometo, no se los dije. Asi que me deboraron sin piedad.


Ya no soy ese mi niña. Y el trebol guardado entre las paginas de aquel libro es como un recordatorio de que alguna vez estuve vivo. Alguna vez. Un totem silencioso. Un dolor que no se siente.