jueves, 15 de julio de 2010

Los perdededores

Asi nos ganamos la vida los perdedores. Dueños de una pena tan grande que Prometeo con todas sus cadenas y destripajos no daria la talla. Asi nos ganamos la vida, lamiendo heridas ajenas. Sonriendo de vez en cuando y escuchando la chachara acerca de lo dulces que son nuestros ojos. Expertos en las derrotas, ciegos en las victorias. Te sonrien, te miran y te ensalsan y no escatiman en palabras para decirte que eres de otro mundo. Pero nadie sacaria las manos de sus bolsillos, en esta larga y fria noche, y te la tenderia con sinceridad. No, se conforman con conocer a alguien que habita la llanura infinita. Porque eso basta para decir que conocen el lado B de tanta mierda.

Se cagan de la risa en tu cara, porque saben que para ti no hay lugar. Porque en esta tierra de hombres idiotas, solo hay espacio para los vencedores y para los vencidos. Pero no para los que sin haber ganado una sola vez siguen en la pelea.

Asi nos ganamos la vida los perdedores. Siendo el amor platonico de quienes no quieren perder un sueño, pero viven sus mentiras con comodidad. Asi nos ganamos la vida los perdedores. Dueños de un corazon tan grande que solo puede llenarse de vacio. Videntes de un universo inexistente. Soñadores diurnos, amargados nocturnos. Y entre cigarro y cigarro nos cansamos de llamar a la muerte, que ocupada barre territorios ajenos. Ingnorandonos porque no tenemos hora. No aun.

Y asi me gano la vida yo, sonriendo a ratos, levantando caidos, besando dorsos de manos frias y calentando corazones dormidos. Arengando a todos a librar sus batallas, sean cuales sean. Y a veces, solo a veces, nos enamoramos de alguna sonrisa devuelta, y nos dejamos llevar por alguna palabra de amor, siempre inconstante, siempre circunstancial. Y entonces volvemos a perder.

Pero es, a fin de cuentas, un buen trabajo.